Una jornada esperanzadora y sobretodo emotiva se vivió el día 17 de septiembre, desde las 10hs. en el Teatro Del Globo. El Grupo T22 realizo la audición en la primera etapa del musical “La Tierra de los Cisnes”, un musical que habla de la discapacidad y la discriminación.
El autor y director general del proyecto Julián Collados, el compositor y director musical Juan Manuel Bevacqua, la coreógrafa Verónica Vázquez, la directora de arte Pía Drugueri, eran los responsables de la selección de los artistas y los productores Carlos Navas, Paz Garabal y asistentes Ana Larzen y Franco Gerardi se encargaban de que todo funcione como debía ser, y ciertamente así lo fue.
Una cola de media cuadra aguardaba a las 10 de la mañana en el teatro Del Globo, sueños, esperanzas, nervios, se conjugaban entre los más de 100 postulantes que se presentaron a adicionar para un papel en esta obra teatral tan particular.
Una persona con discapacidad visual tomaba el brazo de otro postulante que conoció en la fila y juntos caminaban hacia el hall del teatro, otras chicas con su bastoncito blanco leían en braille la ficha de inscripción y el texto que se tomaría en la audición, y que la producción tuvo en cuenta transcribir para que todos pudieran, no solo sentirse cómodos, sino también, objetivo principal del proyecto, no sentirse excluidos.
Las mismas oportunidades para todos, parecía ser la idea y el mensaje que se percibía en el teatro, una rampa especialmente instalada para que todos puedan tener un acceso cómodo al escenario, un interprete de señas, no había nada librado al azar y estaban contempladas todas las discapacidades, para que no haya ningún impedimento ni traba que impidiera audicionar cómodamente a nadie.
Era asombroso y emocionante presenciar una escena teatral entre un no vidente y otro que no lo era, y ver que con sus manos leía el texto y se generaba la escena, que podría verse en cualquier sala o espectáculo teatral y que no tenia nada de “diferente”, con respecto a otras escenas de los llamados espectáculos “convencionales”.
Señas y lenguaje oral se fundían en una comunión teatral mágica y atrapante, todos se entendían, por un momento parecía que en ese ámbito otra realidad se vivía y que era posible llevarla a cabo.
Personas con síndrome de Down y otras con cierta discapacidad mental repasaban el texto una y otra vez y eran asistidos por otros audicionantes. Podía verse a la hora de audicionar, más allá de los nervios que tenían, que se sentían alegres y cómodos. Si bien era una audición donde uno compite de alguna manera con el otro, había un trato entre todos de camadería y apoyo inusual.
Lagrimas entre algún productor a la hora de escuchar a un no vidente cantar de una manera maravillosa, bronca de otro por pensar que cuantas personas con discapacidad que tienen un gran talento no pueden desplegarlo y ni siquiera son contemplados para una audición y poder demostrar lo que valen y lo que pueden dar como artistas. Frustración del equipo al enterarse que esa persona no vidente que había sido seleccionada, por su magnifica voz, para la segunda etapa no podría asistir a la misma porque según el, pensaba que no iba a quedar seleccionado y tenia que volver a Santa Fe donde vive, ya que en las pocas audiciones donde pudo presentarse a audicionar siempre quedaba afuera y en esta pensó que sucedería lo mismo, pero así todo asistía por la experiencia y la oportunidad.
Una jornada realmente única y muy enriquecedora y este camino recién empieza todavía aguarda mas emoción, alegrías, frustraciones, esfuerzos y gratificaciones en esta aventura que comenzó, esta experiencia única llamada “La Tierra de los Cisnes”.
El autor y director general del proyecto Julián Collados, el compositor y director musical Juan Manuel Bevacqua, la coreógrafa Verónica Vázquez, la directora de arte Pía Drugueri, eran los responsables de la selección de los artistas y los productores Carlos Navas, Paz Garabal y asistentes Ana Larzen y Franco Gerardi se encargaban de que todo funcione como debía ser, y ciertamente así lo fue.
Una cola de media cuadra aguardaba a las 10 de la mañana en el teatro Del Globo, sueños, esperanzas, nervios, se conjugaban entre los más de 100 postulantes que se presentaron a adicionar para un papel en esta obra teatral tan particular.
Una persona con discapacidad visual tomaba el brazo de otro postulante que conoció en la fila y juntos caminaban hacia el hall del teatro, otras chicas con su bastoncito blanco leían en braille la ficha de inscripción y el texto que se tomaría en la audición, y que la producción tuvo en cuenta transcribir para que todos pudieran, no solo sentirse cómodos, sino también, objetivo principal del proyecto, no sentirse excluidos.
Las mismas oportunidades para todos, parecía ser la idea y el mensaje que se percibía en el teatro, una rampa especialmente instalada para que todos puedan tener un acceso cómodo al escenario, un interprete de señas, no había nada librado al azar y estaban contempladas todas las discapacidades, para que no haya ningún impedimento ni traba que impidiera audicionar cómodamente a nadie.
Era asombroso y emocionante presenciar una escena teatral entre un no vidente y otro que no lo era, y ver que con sus manos leía el texto y se generaba la escena, que podría verse en cualquier sala o espectáculo teatral y que no tenia nada de “diferente”, con respecto a otras escenas de los llamados espectáculos “convencionales”.
Señas y lenguaje oral se fundían en una comunión teatral mágica y atrapante, todos se entendían, por un momento parecía que en ese ámbito otra realidad se vivía y que era posible llevarla a cabo.
Personas con síndrome de Down y otras con cierta discapacidad mental repasaban el texto una y otra vez y eran asistidos por otros audicionantes. Podía verse a la hora de audicionar, más allá de los nervios que tenían, que se sentían alegres y cómodos. Si bien era una audición donde uno compite de alguna manera con el otro, había un trato entre todos de camadería y apoyo inusual.
Lagrimas entre algún productor a la hora de escuchar a un no vidente cantar de una manera maravillosa, bronca de otro por pensar que cuantas personas con discapacidad que tienen un gran talento no pueden desplegarlo y ni siquiera son contemplados para una audición y poder demostrar lo que valen y lo que pueden dar como artistas. Frustración del equipo al enterarse que esa persona no vidente que había sido seleccionada, por su magnifica voz, para la segunda etapa no podría asistir a la misma porque según el, pensaba que no iba a quedar seleccionado y tenia que volver a Santa Fe donde vive, ya que en las pocas audiciones donde pudo presentarse a audicionar siempre quedaba afuera y en esta pensó que sucedería lo mismo, pero así todo asistía por la experiencia y la oportunidad.
Una jornada realmente única y muy enriquecedora y este camino recién empieza todavía aguarda mas emoción, alegrías, frustraciones, esfuerzos y gratificaciones en esta aventura que comenzó, esta experiencia única llamada “La Tierra de los Cisnes”.
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